La práctica del vivac invernal - hacen falta experiencia y las herramientas necesarias

11 abr. 2020

La práctica del vivac invernal no es para todo el mundo -hacen falta experiencia y las herramientas necesarias-. “Poco a poco, con cada salida, vas aprendiendo qué material llevar, cuál cambiar, dónde te quedas corto y dónde te pasas… Para empezar necesitas un saco de plumas de calidad que aguante las temperaturas invernales y que sea impermeable, ya que por la mañana te enfrentas al rocío”, destaca el montañero, que suele descansar “sobre una colchoneta de espuma y un aislante térmico que proteja del frío y la humedad”.

Dentro del saco tampoco es que haga falta una cantidad de ropa exagerada. Procuro estar, ante todo, lo más cómodo posible. Llevo mallas, unos buenos calcetines y una camiseta térmica. Nada más. El tacto del saco es muy agradable y no necesito abrigo, lo reservo para cuando me levanto, revela. El ropaje lo completa con una braga gruesa al cuello y otra más fina que le cubre prácticamente toda la cara: Como hace frío, no tengo una sensación de agobio.

El equipamiento no es el único aspecto del que hay que preocuparse para afrontar una ‘locura’ como esta. “Es una práctica que tiene que estar perfectamente planificada, sobre todo en lo que a meteorología se refiere. Hay que prestar atención a la evolución del tiempo, constatar que no va a haber precipitaciones y que vas a subir a la montaña durante unas jornadas con buen tiempo”.

Coincide con él otro apasionado, quien siempre que puede se escapa a pasar una noche a miles de metros de altura: “Lo primero que hago al planificar un vivac es mirar la previsión de la meteo y de la sensación térmica. La gente suele pensar que la altura siempre está relacionada directamente con una menor temperatura, pero en ocasiones se da la inversión térmica, un fenómeno por el que sucede todo lo contrario”.

Conciliar el sueño sobre la nieve es algo más que habitual: “Merece la pena aunque sea solo por ver anochecer y amanecer desde la altura, aunque ahora en invierno, como se va la luz a las 18.00 y no es de día hasta las 8.00, se hacen un poco largas las noches. En cualquier caso, es una experiencia única en la que disfrutas de la soledad y la tranquilidad y en la que si se dan las condiciones ves un cielo estrellado único, sin ningún tipo de contaminación lumínica”.

Hay que estar preparado físicamente y tener la experiencia adecuada. Requiere llevar un mochilón enorme con un montón de material, como piolets, crampones… y pala para poder cavar en la nieve y así disponer de unas pequeñas paredes que te protejan del viento que pueda levantarse. Hay que dejar claro que lo prioritario es la prudencia y la preparación, que nadie se lleve a engaño, esto no es para todo el mundo”.

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